
Dentro de las distintas alternativas renovables que se están desarrollando a nivel global, y que tienen un fiel reflejo en nuestro país, la biomasa se está convirtiendo, sin ninguna duda y por méritos propios, en una de las fuentes de energía limpia que goza de una mejor acogida, como instrumento para contribuir a mejorar la climatización de los hogares durante los meses más fríos, de una forma más económica y, sobre todo, sostenible.
Como sabes, este recurso proviene del tratamiento de diferentes fuentes de materia orgánica biodegradable, procedentes de residuos naturales, residuos industriales o cultivos energéticos, principalmente de origen vegetal, aunque también está comenzando a dar pasos bastante interesantes en relación al aprovechamiento de desechos de origen animal.
No obstante, lo que probablemente desconoces es que, además, la biomasa puede ser utilizada para la generación eficiente de energía eléctrica, haciendo posible incrementar notablemente su campo de actuación a nivel doméstico.
Para conseguir esta transformación, al igual que se utilizan los tradicionales pellets de biomasa como combustible en una caldera para producir energía térmica, generando así el calor necesario para su utilización en calefacciones y sistemas de agua caliente (ACS), también se puede aprovechar este combustible sostenible para la producción de energía eléctrica a través de infraestructuras preparadas específicamente para ello.
El funcionamiento de estos sistemas es bastante sencillo e intuitivo, ya que se basan en el empleo de la biomasa como fuente para el calentamiento de agua y su conversión en vapor, con el fin de que el calor producido y la presión de este produzcan energía a partir del movimiento continuo de unas turbinas conectadas directamente a un generador de energía eléctrica.
Uno de los puntos fuertes que presentan estos sistemas reside, además, en que el propio vapor responsable del movimiento de las turbinas volverá a condensarse y transformarse en agua, que podrá ser reutilizada en la repetición de este proceso.
Como puedes observar, esta medida puede suponer un considerable yacimiento de negocio para un sector de actividad que, según la información aportada hace algún tiempo por Jorge Herrero, director de proyectos de la Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa (Avebiom), en la edición digital de Cinco Días, factura alrededor de 3.400 millones de euros anuales, un 0,34% de nuestro PIB, y generó 24.250 puestos de trabajo directos en el año 2017, además de contribuir de forma efectiva al desarrollo económico y sostenible de diversas zonas rurales de nuestro país.